En reconocimiento al esfuerzo y trabajo de: Kisco, Antonio, Daniel, Javier, Miguel, Fernando Limones de Écija, Joselito, Revolera, Modesto. Voluntarios del club Deportivo Desnivel Zero de La Luisiana. (Sevilla)
Por Julio Jiménez
A los que nos gusta escribir tenemos claro la importancia de la documentación sobre el tema elegido. Yo iría mucho más lejos, es fundamental vivir, sentir la experiencia. Si deseo informar sobre el trabajo realizado por un grupo de personas voluntarias de nuestro pueblo, La Luisiana, además de documentarme hay que ejercer de voluntario.
Así comienza esta historia con el grupo humano del Club Deportivo “Desnivel Zero” de nuestra localidad; en un 29 de octubre a las seis de la mañana de un día gris, amenazando lluvia, con frío, humedad, suelo mojado; ni un alma en la calle, solo silencio, a veces roto al pasar por los naranjos que flanquean nuestra avenida principal, los pájaros dormitan, se mueven al percibir mi presencia; sólo calma, paz en la noche.
En el punto de encuentro ya esperaban varios compañeros, todos con nuestra sudadera del Club Desnivel Zero. ¡Somos marca! Representamos a un club y a un pueblo, La Luisiana. Nuestra responsabilidad es la organización de la IV Maratón de BTT de Cazalla de la Sierra (Sevilla), en la antigua Castella o ciudad del anís; 80 kilómetros por carriles en plena sierra norte Sevillana.
¡Estamos todos! Kisco, Antonio, Daniel, Javier, Miguel, Fernando Limones de Écija, Joselito, Revolera, Modesto.
El día anterior ya habían cargado un camión con toda la infraestructura necesaria para instalar la salida/ meta: vallas, publicidad, banderolas, arcos hinchables etc.
A las seis y veinte de la madrugada salimos rumbo a Cazalla de la Sierra, el vehículo de transporte nos lleva veinte minutos de adelanto. Llegamos a Constantina con noche cerrada, a la entrada de la ciudad en una venta paramos para desayunar, reponer fuerzas. Reanudamos la marcha, el alba despunta, se abre ante nuestros ojos el espectáculo del paisaje de la Sierra Sevillana. Todos coincidimos en los comentarios, venimos de una sequía horrible, calor, campos de colores marrones, ocres, amarillos. Ante nuestras retinas amanece un nuevo día, una ligera neblina no impide nuestra visión: ¡Verde, Verde que te quiero verde! ¡Encinas!, ¡humedad! ¡Agua! ¡Agua! ¡Qué hermosa está la sierra!
Llegamos a nuestro destino antes de la hora prevista para iniciar los trabajos. El equipo se organiza, Modesto y Revolera se encargan de las inscripciones de los participantes, el resto coordinados por Fernando Limones procedemos entre risas motivadas por las bromas de Dani a la descarga del camión e instalación de vallas, publicidad, arcos, banderolas, altavoces, etc. Llegan los jueces de carrera, acuden coches, furgonetas con bicicletas, cada vez más corredores, unos calientan por la zona, otros pedalean en unos rodillos, los menos se disponen en la zona de salida. ¡La adrenalina comienza a subir!
Nuestra actividad no cesa, ya casi está todo preparado. Tres arcos de salida/llegada. Tramo con vallas de seguridad, encima de ellas pancartas y banderolas de publicidad; carpa de control de jueces, conos de seguridad, Protección Civil, Policía Municipal; motos de trial marcan la cabecera de carrera y el final de esta, “furgoneta escoba” para recoger a los corredores que por diversos motivos no puedan terminar la carrera; un coche todo terreno medicalizado, médico, enfermeros con todo lo necesario para atender una posible urgencia. Alrededor de 250 ciclistas en lista de salida. La música aumenta sus decibelios. Modesto como organizador junto a un responsable del ayuntamiento cortan la cinta inicial, todo listo para dar comienzo la IV Maraton de BTT de Cazalla de la Sierra (Sevilla); pero, esta no se inicia, algo pasa en el control de jueces, nuestro Modesto no entiende la decisión tomada. Se retrasa, la jueza dictamina que además de un 4X4 medicalizado es necesario contar con una ambulancia.
¡Uffff!, El tiempo pasa, seguimos a la espera; las llamadas telefónicas, las idas y venidas de los jueces dan sus frutos; después de una gran demora comienza la carrera de BTT.
Nuestro equipo de voluntarios no descansa, está todo planificado, nos disponemos en puntos estratégicos de la carrera para velar por la seguridad, marcar el recorrido; un coche nos lleva a nuestros destinos. Junto con Fernando Limones, el único Ecijano, me sitúan en un lugar bellísimo, un cordel con una senda muy estrecha rodeada por una abundante vegetación, un paraje de gran hermosura, donde los competidores marchan de uno en uno hasta llegar a la carretera que conecta con Constantina, un buen lugar para tomar fotos, también para sufrir las inclemencias meteorológicas del día.
Después de más de dos horas en nuestro punto de referencia pasan los últimos corredores, detrás de ellos una moto y un quads cierran la carrera. Junto a nosotros un participante espera la llegada de la furgoneta escoba, ha roto el plato.
Llega el coche con el resto de los compañeros, nos recoge para llevarnos de vuelta a la meta, pero ¿qué hacemos con el corredor de Sevilla con la bicicleta averiada? La “furgoescoba” no llega. Kisco el conductor del coche no se lo piensa, ¡subimos todos!, detrás va la bicicleta al lado de su dueño. Volvemos para Cazalla por una carretera nada recomendable para los sufridores de mareos. ¡Madre mía que carreterita!
Cuando llegamos al pueblo ya habían entrado casi todos los ciclistas. Es hora de reponer nuevamente las fuerzas con un buen plato de arroz, unas cervezas junto con las risas y bromas del grupo.
¡Esto no acaba aquí!, Hay que recoger otra vez, cargar el camión para regresar a La Luisiana. ¡Esto es agotador! Mis colegas siguen trabajando entre risas y bromas.
¡Eureka! ¡Trabajo realizado!
Nos vamos para casa; pero tampoco finaliza aquí este relato, a la llegada al pueblo volveremos a descargar para dejarlo todo en una de las naves del ayuntamiento. Llegado a este punto ya no pude más, me excusé con el tema de las fotos y montaje del vídeo, estaba exhausto, agotado, los años con la falta de costumbre pesan. Me despedí dando las gracias por el día, por la experiencia vivida, con ganas de repetir.
Magnífica cuadrilla de voluntarios de nuestro pueblo dando valor a la frase:
“Las personas más felices no son los que más reciben, sino los que más dan”.
Autor: Julio Jiménez Cordobés.