El término municipal de La Luisiana está situado en la parte más oriental de la provincia de Sevilla formando parte de la comarca natural de «La Campiña Sevillana». Está formado por dos pueblos hermanos con identidades culturales distintas, La Luisiana y El Campillo. 

Su economía principal está basada en el sector primario. El sistema agrario predominante es el latifundio y el tipo de explotación agrícola es el secano, siendo los principales cultivos los cereales (trigo, cebada, etc…), así como el girasol, presentándose en menor medida cultivos de remolacha, algodón y garbanzos. Aunque tenemos que afirmar que la actividad industrial está cada vez más desarrollada con empresas  del sector de construcción,  derivados del olivo, servicios, alimentación, hostelería etc..

El escritor D. José Antonio Rivero (El Campillo) y el vecino D. Francisco Cadenas Ojeda (La Luisiana) nos describen nuestra historia:

José Antonio Rivero:

El 5 de julio de 1767 se publica el Fuero de las “Nuevas poblaciones de Sierra Morena y Andalucía”, que contiene las normas básicas para repoblar el Camino Real desde Sevilla hasta Despeñaperros bajo el mandato de Pablo de Olavide, con el fin de proteger las mercancías y viajeros de los bandoleros.

El plan llegó a alcanzar tal dimensión, que durante los años que van desde 1767 hasta 1835, las colonias fueron consideradas como la quinta provincia que, junto a los reinos de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada, conformaban Andalucía. Con esta premisa, se trajeron alrededor de seis mil colonos de diferentes países centroeuropeos para repoblar los asentamientos que se estaban construyendo. Así, en noviembre de 1768 llegaron los primeros colonos a la feligresía de La Luisiana, construida en los baldíos de Mochales en torno a la antigua “Venta Quemada”.

Estos primeros colonos, alemanes y franceses principalmente, se fueron asentando en las suertes cercanas al Camino Real y al núcleo poblacional. A medida que iban llegando nuevas familias, los terrenos disponibles se iban alejando, haciendo que la distancia hasta la población fuera cada vez mayor y dificultando el traslado, tanto de trabajadores, como de aperos, ganados y mercancías. Además, estaba el problema de que la colonia se había construido en la parte sur del terreno destinado para la repoblación, lindando con el término municipal de Écija, lo que provocaba que hubiera una gran distancia hasta las últimas suertes situadas al norte, rayando el término municipal de Palma del Río.

Conocedor de esta situación, el por entonces Comandante Civil de La Luisiana, Ceferino Ximénez, escribió una carta fechada el 16 de julio de 1769 a Fernando de Quintanilla, subdelegado de La Carlota, para proponerle la creación de varias aldeas situadas en enclaves estratégicos con el fin de subsanar el problema. De esta manera se inicia la construcción de Cañada Rosal, El Campillo y Los Motillos, desaparecido a mediados del siglo XIX.

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